El Complejo Deportivo Metropolitano San Marcos surge como una solución para aprovechar adecuadamente el Estadio de San Marcos, el cual ha sido utilizado predominantemente para conciertos y eventos no deportivos, causando molestias a los vecinos de la UV3 y áreas cercanas. Este ambicioso proyecto a escala metropolitana y barrial busca transformar el estadio y brindarle un enfoque deportivo integral. Ubicado estratégicamente cerca de la estación de la línea 2 del metro de Lima, el complejo se plantea como un referente para el desarrollo del deporte de alto rendimiento. El Centro de Alto Rendimiento Deportivo desempeñará un papel clave al potenciar el talento deportivo en la ciudad, brindando un espacio de entrenamiento y preparación de primer nivel para atletas que buscan destacar en competiciones nacionales e internacionales. Además, se buscará promover la medicina deportiva para atender las necesidades de los deportistas y prevenir y tratar lesiones. A nivel barrial, el complejo será un punto de encuentro e integración para la comunidad de la UV3. Se impulsarán programas deportivos inclusivos y actividades culturales, fomentando un estilo de vida activo y saludable para los residentes. La conexión con la Huaca San Marcos y la valoración del entorno arqueológico serán fundamentales, generando conciencia sobre el patrimonio cultural local y promoviendo la integración.

El carácter residencial del distrito de Breña, uno de los distritos con menos área verde por habitante de Lima, junto al carácter cultural del Cercado de Lima y a la confluencia de vías importantes como la Av. Venezuela, Av. Arica y Av. Tingo María ofrecen el escenario perfecto para el desarrollo de un proyecto para la población joven y estudiante del sector. Por lo tanto, se propone el Centro de Servicios Estudiantiles en la Estación Tingo María, que se alinea a lo planeado en el PLANMET 2040 y los planes de la municipalidad de Breña.

A escala metropolitana, se puede observar que no se considera esta estación como una centralidad sino como un conector y articulador de ellas. A escala barrial, el sector de la estación está planeado a una transformación de usos de industrial a recreativo, cultural, educativo pero sobre todo vivienda de densidad alta. Debido a esto, la densidad del sector aumentará, por lo que es necesario un espacio recreativo y cultural que reciba, no solo a los pasajeros del tren sino a la nueva población del sector.

 El programa del proyecto gira alrededor de los estudiantes, debido a las universidades y colegios y contiene salas de estudios, salas de reuniones, salas de cómputo, una mediateca, una ludoteca, salas de exposiciones temporales y permanentes y programas abiertos como biblioteca abierta y terrazas de uso público. Además, como parte del programa para el barrio, se diseñó un comedor y cocina popular, además de talleres de formación y comercio en las plazas.

Actualmente, el Callao posee una gran actividad logísticas y de transporte, que si bien favorece a la atracción financiera o comercial, ha generado una fragmentación urbana en diferentes aspectos. Así también, se destaca la presencia de espacios públicos pero con limitados equipamientos para la recreación publica, o escasez de programas culturales educativos, lo cual ha generado que en este sector de la estación aeropuerto, se prioricen usos enfocado comercialmente, 

Ante esta situación, se propone el Parque cultural Aeropuerto, ubicado en la estación del mismo nombre, cerca al actual aeropuerto Jorge Chávez, lo cual con esta propuesta podrá otorgar a la zona una nueva atmosfera frente a dos grandes avenidas congestionadas (Av. Tomás Valle y Faucett) y permitirá que los ciudadanos presencien el edificio publico parte del espacio y logre disolver la idea entre de lo publico y privado 

Así, a escala metropolitana, se propone un edificio cultural, así también un centro cultural y una biblioteca barrial con el objetivo de que dichos equipamientos potencien las dinámicas del lugar. Así, se encuentra el rediseño de la auxiliar paralela a la Av. Faucett, lo cual fue una forma de generar un gran colchón verde ante la presencia de dos grandes avenidas.

Principalmente, lo que se consideró para abordar el proyecto parte de la idea del parque como un gran espacio público pensado en actividades diversas según la preferencia del usuario, dejando a su imaginación y se apodere del espacio publico. Además, se busca que el edificio se adapte a la topografía de forma más armoniosa, para generar niveles y dotar al usuario una mejor experiencia tanto visual como sensitivamente. Es así, que, hacia el lado de la av. Faucett, se proponen volúmenes más ortogonales acuerdo a la trama existente actual frente a una avenida así; y por otro lado, volúmenes más libres trabajado topográficamente priorizando visuales hacia el parque o salida o entrada de la estación.

El proyecto parte del análisis macro de la ciudad teniendo como enfoque principal los sistemas que sirven a la conectividad e integran el espacio como son las redes de transporte público. Si bien estos sistemas han permitido integrar y acercar la ciudad, también han revelado su desconexión con la realidad circundante, su profunda heterogeneidad en cuanto a la morfología, densidad, sostenibilidad e incluso hasta sus características socioculturales. De esta forma el proyecto se emplaza en una de las estaciones de la Línea 2 del metro, porque será un gran atractor de actividad. El proyecto busca dotar de equipamiento cultural-educativo a la zona de Breña ya que actualmente carece de este tipo de servicio y a su vez integra un programa a escala barrial del cual los vecinos puedan sentirse servidos por este programa comunal. Como parte de las estrategias proyectual, se tiene muy en cuenta la Av. Venezuela como conexión rápida, es así que su frente se toma como uno sólido, ya que no tiene las condiciones para la contemplación. Por último, se comienza a crear el tejido espacial de forma el usuario descubra el espacio y esté naturalmente invitado a participar de la arquitectura. Es así donde se construye una ciudad más homogénea y articulada.

El Mercado Mayorista de Santa Anita es considerado como uno de los centros especializados más importantes de Lima. Sin embargo, sus muros ciegos y vehículos de carga pesada generan inseguridad y una barrera que fragmenta la zona, sin mencionar que esta posee un carácter industrial, incompatible con el uso residencial circundante. Ante esto, se propone el Parque Gastronómico Santa Anita, ubicado en la estación Santa Anita, que diluirá las dinámicas del mercado y recuperará el espacio público en la zona.

Dicho esto, las estrategias para abordar el proyecto parten de la idea de amortiguar la transición entre la estación y el mercado con programa de distintas escalas, vinculado a este. Así mismo, se busca que el proyecto responda a su entorno, por lo que se decidió que los volúmenes más altos se ubicaran tanto hacia la carretera central como hacia el muro ciego del patio taller. Finalmente, se busca que el parque ofrezca distintas atmosferas, por lo que el proyecto se configura a partir de plazas públicas a distintas escalas y niveles en un eje central que se teje mediante espacios intermedios generados por los volúmenes del edificio. 

El programa del Parque Santa Anita se enfoca en espacios orientados a la gastronomía y actividades culturales que revitalicen la zona. Así, a escala metropolitana se propone un tejido de restaurantes especializados y un centro de investigación orientado a la innovación gastronómica. A escala distrital – barrial se propone un auditorio, y una escuela de gastronomía. Estos espacios se engranan mediante 3 vestíbulos. El primero, conecta el auditorio y centro de investigación; el segundo vincula los talleres y laboratorios; y, el tercero, el más cercano a la salida de la estación, entrelaza los talleres, el SUM, y biblioteca mediante un espacio a cuádruple altura que se activa por un restaurante y una cafetería de libre acceso unidos por una tribuna.