En el curso se relaciona las dimensiones cognitiva, analítica, reflexiva, representacional, comunicacional y explorativa del proceso proyectual arquitectónico. Si bien el dibujo arquitectónico constituye el lenguaje gráfico-visual de la arquitectura, este se aborda como parte directa de los procesos de estudio, pensamiento y acción proyectual arquitectónicos, que implican y exigen una relación entre rigurosidad, disciplina y métodos, y experimentación, curiosidad y hábito disciplinares. Dicha relación se concreciona con la construcción gráfica en láminas y bitácoras matéricas con/desde las que se estudia y proyecta casos de estudio distintos: la vivienda propia y Pachacamac (relacionado con Taller 2).
Como cultura, el dibujo se refiere a dos puntos. El primero a la dimensión del dibujo como un hábito disciplinar cotidiano, al dibujar como parte de la cultura del ser arquitecto/a. El segundo se refiere al dibujo como una manera de profundizar en nuestra cultura, rica y diversa, como una forma de valorarla y entenderla pero desde la arquitectura como disciplina, y, de manera particular, desde su patrimonio y del paisaje peruano.
Como proyecto, el dibujo se refiere también a dos puntos. Primero a la dimensión proyectual de la representación, de cómo es elemento fundamental del quehacer arquitectónico, tanto en el aspecto cognitivo, perceptual y reflexivo como en el aspecto operativo, documentario y prospectivo. Segundo a que el dibujo es también un proyecto en sí, su construcción implica una relación entre concepción, recursos, procedimientos, ejecución y percepción.
El curso consta de dos dimensiones: una formativa y una curricular. Formativa porque se profundiza en el lenguaje gráfico-visual arquitectónico mediante el estudio, conocimiento, experimentación y aplicación de los sistemas de representación y comunicación arquitectónicos. Curricular porque el curso se constituye también como complemento integral del Taller 2, enfocándose en cómo los aspectos antes mencionados son soporte y continuidad del mismo.