El Taller 8 trabaja un proyecto de infraestructura de transporte desde una mirada multidisciplinaria, respondiendo a las condicionantes del lugar y la movilidad, cuya complejidad está definida por el vínculo entre estructura y funcionamiento.
La capacidad creativa, reflexiva de la formación del arquitecto debe permitir la exploración de los conceptos recogidos a mayor profundidad, reclamando una postura crítica y un proyecto que aporte a un pensamiento disruptivo colectivo sobre el quehacer arquitectónico.
La revolución industrial, la secuencial revolución digital, el diseño vía logaritmos, la inteligencia artificial, la automatización de los procesos industriales y constructivos, son los fundamentos para replantear una postura de diseño entre la arquitectura y la tecnología.
Desde la aparición del primer vehículo automotor, los aviones a propulsión, la micro movilidad urbana, el ‘hyperloop’, y recientemente los vuelos espaciales; la práctica arquitectónica ha estado expuesta a atender la interface entre el objeto arquitectónico y la infraestructura de movilidad, llámese estaciones de tránsito, como aeropuertos, terrapuertos, estacionamientos, etc.
En este contexto, la movilidad humana se expone a diversos retos que los avances de la tecnología computacional nos permiten solucionar de distintas maneras. El taller explorará las convergencias descritas alineados a la búsqueda de la mejor performance en el diseño idóneo para la interacción entre edificio, medio de transporte y humano.
El proyecto se entiende como un prototipo de injerto en la ciudad de Lima. Un planteamiento de ciudad vertical que aproveche la escasez de suelo para solucionar la actual problemática del sistema de transporte y permita una posible expansión sostenible a futuro.
Los menhires fueron piedras verticales que colocó el ser humano como primeros indicios de la relación superficie-cielo, siendo los orígenes de la arquitectura en el mundo. La metáfora servirá para tallar la torre, y crear un sócalo urbano que haga frente a las edificaciones actuales del centro empresarial, dejando el resto de la altura para las 15 plataformas del aeropuerto de drones. En la cima, el remate de la torre logrará que se perciba como el nuevo ícono del perfil urbano de Lima. Entender el proyecto como un todo, como un tótem que da inicio a un nuevo sistema de transporte eléctrico.
El proyecto busca hacer un Aeropuerto de Drones en la esquina de la Av. Miguel Grau con Av. P. de la República. Este aeropuerto busca responder al contexto y a las funciones que se dan en el lugar, como la venta de mercadería. Es por ello que el aeropuerto cuenta con una zona comercial en los primeros pisos y luego en una torre se tiene el aeropuerto de pasajeros en la torre más grande y en la torre más pequeña un aeropuerto de drones de carga.
Para el diseño, se tomó una estructura interna que se conectará por puntos con la estructura externa para responder a las grandes luces que necesitan los drones para aterrizar (figura 1). Y se diseñaron uniones de acero para esta nueva estructura.