El Taller trabaja dentro del área de la cultura material de la ciudad de Huamanga en Ayacucho con un proyecto que busca una respuesta coherente para las condiciones planteadas por el lugar. 

El conocimiento de la arquitectura de Huamanga se da a partir de la lectura de la edilicia, entendiéndose esta como el producto resultado del diálogo antrópico entre los constructores y el paisaje en el tiempo: la “cultura material” del lugar. 

Los fundamentos arquitectónicos son adquiridos a través de un proceso de medición y representación, considerando el levantamiento y la restitución gráfica como el proceso analítico necesario para la adquisición de los lenguajes espaciales y formales. 

El Taller explora la posibilidad de reconstruir la continuidad de la ciudad con un tejido “análogo” al entorno, un tejido derivado y entendido sobre la base de la reconstrucción de un prolongado proceso de formación y transformación de lo construido, con la finalidad de restituir al entorno una condición de relación orgánica con las nuevas construcciones y que las suertes sucesivas, puedan aportar a un homogéneo y renovado devenir conciente de que la ciudad se transforma en el tiempo y que esta mutación no se sujeta a eventos ocasionales y distraídos que inciden casualmente violando la organicidad sustancial del tejido urbano. 

La organicidad del tejido urbano es entendida como la coherencia entre cada edificio y los edificios vecinos: tal coherencia compositiva, hecha de múltiples jerarquías, trae su origen de las características del tipo edilicio de primera edificación la “casa patio”. 

El tipo de primera edificación, contemporáneo a la implantación del tejido urbano, ha regulado, con sus desarrollos sucesivos, el peculiar “proceso tipológico” del centro histórico de Huamanga, lugar urbano que se diferencia de cualquier otro lugar de diferente época y de diferente cultura constructiva.