Atrás
Taller PFC: Periferias
Taller 10
ARC245
Daniel Ramírez
Jennifer Wong
Luis Rodríguez Rivero
Martha Bell
Silvana Corro

Situados en el Perú, lejos de los centros de producción del conocimiento y subordinados a gran parte de las ideas y prácticas de nuestras disciplinas, el PxFC afirma su condición periférica con relación a la producción del conocimiento de la arquitectura, el urbanismo y el paisaje. Esta condición dificulta que se alcancen soluciones arquitectónicas, urbanas y territoriales pertinentes a nuestra realidad, por lo que se requiere de los arquitectos una actitud crítica y resistente en términos epistemológicos. Dicha actitud pasa por revisar todas y cada una de las etapas del proceso mediante el cual se elabora un proyecto, es decir, la observación, análisis, producción de ideas, construcción de propuestas, etc. Se requiere una revisión de los caminos usualmente transitados, para arriesgarse por otros diferentes que establezcan una mayor relación con los problemas y situaciones que la realidad exige. Esta actitud no niega la importancia del conocimiento producido en otras coordenadas, sino que obliga a su incorporación luego de una revisión crítica.

Es a esas nuevas prácticas y conocimiento, nacidos de un proceso de revisión y creación crítica, inventiva y anclada en la realidad a enfrentar que llamamos pensamiento periférico. Se trata de un pensamiento emancipado y marginal que debe valerse de todos los recursos perceptuales, expresivos, intelectuales y productivos posibles, construyendo procesos alternativos y ad-hoc para cada situación.

Un segundo sentido de lo periférico es el de su sentido geográfico, es decir, la constatación de la estructura casi fractal del mundo, donde a mayor distancia de los centros de poder -económicos e intelectuales mayor es la precariedad. Esta traslación tiene un carácter escalar multiplicándose cuando se pasa de los centros de las metrópolis -como Lima, Rio de Janeiro, Kinshasa o Mumbai- a sus periferias y a las ciudades intermedias, y de éstas a sus periferias y a territorios periféricos a esos centros, como es el caso de la Amazonía. Lo periférico puede estar referido a los bordes urbanos, a las áreas centrales degradadas, a los territorios donde el Estado no llega. Lo periférico se entiende además como aquellos programas marginales respecto a las preocupaciones de la arquitectura contemporánea, como la igualdad de género, étnica, la justicia ambiental, entre otras.

Estos escenarios de precariedad urbana, ambiental, económica y social, son consecuencia de un proceso de modernización operado en el mundo en los últimos 150 años, cuya última versión es la globalización. En este sentido, el taller asume que el principal reto para la arquitectura y el urbanismo en el siglo XXI es la mejora de las periferias y su transformación para la consecución de ciudades y territorios justos y equitativos.

Siendo la arquitectura y el urbanismo de las pocas disciplinas capaces de hablar del futuro con imágenes convincentes, con realidades aún no existentes, el PxFC-Periferias reivindica la utopía como una construcción intelectual de resistencia frente a aquellos que pretenden que la única opción es conservar la injusta situación actual. Es necesario atacar el conformismo y apostar por un mundo, un país, una sociedad y unas ciudades mejores, así como por una democracia real e íntegra que se materializa en el espacio. Repensar la arquitectura, reinventar la sociedad y las ciudades, requiere ese nivel de audacia.

Imagen elaborada por Ruth Sanchez.

Mariana Escudero

Huaraz, la ciudad de arribo del Callejón de Huaylas

El proyecto parte de la problemática del arribo en Huaraz, ciudad que ha sido afectada por el movimiento social tras intereses comerciales y culturales de comunidades campesinas, quienes se trasladan constantemente a la ciudad y que han transformado áreas urbanas en lugares de llegada improvisados, informales y altamente vulnerables a inundaciones. Uno de estos espacios es el asentamiento de Challhua, lugar que intenta acoger a los usuarios que llegan en infraestructuras comerciales y residenciales precarias que se encuentran en constante conflicto ambiental, político y económico.

Por ello, se propone transformar el mercado agropecuario de Challhua en un lugar de recepción, negociación y estancia de carácter temporal para todo usuario transitorio que busca estabilidad en la ciudad. Se sistematizan los patrones de asentamiento en tres componentes: redes (conexiones), agentes (intermediarios) y espacios (áreas de arribo), los cuales se convierten en una infraestructura de arribo.

Ello se traduce en habilitar un paisaje de llegada mediante un sistema de circulaciones y áreas verdes de impacto multiescalar que protege al migrante y mitigue los riesgos a los que se expone Challhua en su emplazamiento en la terraza fluvial, a la vez que reconcilia el contacto físico del asentamiento con las áreas urbanas aledañas.

Por otro lado, se propone integrar estaciones comunitarias, las cuales combinan el programa de mercado con espacios que gestionan y ofrecen servicios al usuario migrante o transitorio. Finalmente se implementan ambientes rotativos, es decir, aquellos espacios de venta y estancia que funcionan de manera temporal y se integran a diversas actividades culturales convirtiendo el área comercial en un espacio versátil cuyo objetivo es mantener activo el mercado de arribo en horas no comerciales.

Es así como Challhua se convierte en la puerta de acceso hacia la seguridad, estabilidad y permanencia que acoge a todo el que llega a Huaraz. El mercado se convierte en más que en un intermediario comercial: un refugio.

Kevin Morel

En el Perú, las practicas temporales representan una base fundamental para la economía familiar rural no especializada en sectores andinos. Espacios de expresión como ferias, festividades patronales y eventos tradicionales son una alternativa viva a problemas de desigualdad, centralismo y brechas laborales que contrario al paradigma contemporáneo del Estado que las caracteriza como informales, son potenciales modelos territoriales de planificación y acceso a servicios. Este es el caso de la feria de Combapata, ubicado en Canchis, provincia de Cusco. Se parte de la noción de cohesión territorial modelo que se basa en espacios de concentración humana para el desarrollo de acciones territoriales equitativas. El proyecto aprovecha la ubicación y desarrollo constante de la feria construyendo espacios de acceso continuo a información y capacitación adecuados a la producción familiar rural.  Para esto se desarrollan infraestructuras de soporte territorial que tienen como objetivo innovar y   mantener las prácticas tradicionales de un determinado territorio enfocadas en la agricultura y ganadería. Los espacios propuestos plantean la relación población – territorio y evidencian la lógica arquitectónica tradicional develando posibilidades espaciales, funcionales y estéticas desde infraestructuras institucionales. El proyecto pretende articular un modelo de soporte propicio que evidencie el potencial de espacios comercial tradicional en base a un ciclo de comercialización, capacitación – formación y   producción; y plantea desde espacios de acción rural una aceptable y mejor alternativa de vida para los locales y visitantes.