Galpones avícolas

Un avicultor de Huaral contacta a Takahashi en busca de mejorar el sistema constructivo de los galpones para la crianza de pollo, usualmente edificados en esta época con madera rolliza de eucalipto. El arquitecto decide aprovechar las propiedades del tornillo, especie que conoce bien, para plantear su propuesta.

La lógica estructural del galpón se basa en un sistema de pórticos de madera aserrada con una luz que varía entre 10 y 16 metros en función de las necesidades operativas. Los pórticos, compuestos de listones de sección reducida y ensamblados con clavos, se distribuyen en una trama de 2,5 metros configurando galpones de una longitud de entre 100 y 300 metros. La base de las columnas de los pórticos está simplemente empotrada en el suelo. El proyecto usa madera aserrada sin secar para ahorrar procesos y gastos.

La sencillez de la prefabricación y el montaje limita la mano de obra necesaria a 3 trabajadores poco calificados, formados en solo algunas horas. Los listones de madera, cortados y habilitados en un taller de Lima en solo 3 días, se ensamblan in situ con uniones clavadas sencillas. Takahashi diseña un eficiente proceso de montaje de solo 7 días que requiere un mínimo de equipos y herramientas.

En seis años, construye más de 100 mil m2 de galpones en toda la costa peruana. Su proyecto es copiado por muchos otros constructores durante los años siguientes en múltiples lugares del litoral. Esta replicación del sistema constructivo otorga al proyecto, original o copiado, una singular dimensión territorial a partir de un gesto tan bello y sencillo como una línea.