Finalmente, después de dos años y medio, durante el 2022-1 pudimos disfrutar de una parada de proyectos presencial. La satisfacción y emoción de los alumnos y profesores al cierre del semestre ha sido vital para seguir motivándonos y regresar a una presencialidad plena este 2022-02. Con muchas energías y bastante trabajo por hacer, el alto por la pandemia ha sido un bache duro en la educación, una oportunidad para repensar y rediseñar varios aspectos de la enseñanza, pero sobre todo una responsabilidad por recuperar ese tiempo e inyectarlo en los años que se vienen.
El desafío del retorno a clases al 100% empieza con la exposición de planos, afiches, maquetas y videos. Todo el repertorio elemental para poder entender la disciplina de la arquitectura, y es el conjunto de elementos de representación el que nos permite atacar un proyecto desde distintos frentes y desarrollarlo a plenitud. El papel y la tinta para los planos; los pasteles, los oleos, los lápices para los dibujos; el cartón, la madera, el plástico, el metal y hasta el cemento para las maquetas y prototipos -este último material en escalas pequeñas de representación me ha parecido una innovación-; y las técnicas digitales y audiovisuales para los videos. Efectivamente en la diversidad esta el gusto, y al habernos permitido una mayor presencialidad la segunda mitad del semestre los alumnos se embarcaron en un estado de inmersión que permitió el abanico de trabajos logrado.
La facultad como un espacio hibrido, del pasado al futuro, y un edificio en continuo trance de inauguración, funciona como canvas para albergar los prototipos a escala 1/1 adosados a su estructura, y en sus espacios interiores proyectos que exploran la domesticidad, los reinos digitales, la sostenibilidad, la innovación, los paisajes, las historias, el ocio, y lo principal el significado de la unión. La Fiesta comienza a través de la exploración creativa y termina con la confraternidad añorada por el ostracismo del Covid-19.
A toda acción hay una reacción, la tercera ley de Newton; el principio asume que las fuerzas ocurren de manera simultánea y que se propaga de manera instantánea. A caminar y empujar cada paso que demos hacia adelante, debemos introducir mayor dinámica para vencer la inercia. Especulemos en 2D, 3D y 4D, en texto y frase, en pensamiento, discusión y critica; sumerjámonos en el aspecto figurativo de esta situación problemática de la que estamos emergiendo para que influyamos en la determinación de la dirección e intensidad de la acción que queremos producir. Introduzcamos más energía para una interacción y respuesta de peso; la noción cuantitativa y cualitativa tiene una inherencia directa en el aprendizaje necesario. Los alumnos necesitan un incentivo determinante para reinsertarse al estado de la cuestión con el soporte de los profesores como motores para lograr esa reacción positiva necesaria de recuperación. Encendamos motores, pisemos el acelerador y pongámonos al día rápidamente.
“No quiero soñar mil veces las mismas cosas ni contemplarlas sabiamente”. Soda Stereo.
¡Me despido atentamente!